Cuando una persona natural o jurídica enfrenta un proceso judicial, una de las decisiones más importantes que debe tomar es la elección del abogado que asumirá su defensa o representación. Aunque puede resultar tentador contratar a un abogado recomendado o conocido, incluso si este se encuentra en otra región, existen razones jurídicas y prácticas de peso que justifican la conveniencia de elegir un profesional del Derecho que esté localizado en la jurisdicción donde se va a litigar el caso.
- En primer lugar, un abogado local cuenta con conocimiento específico del funcionamiento del juzgado o sala donde se tramitará el expediente. En la práctica judicial peruana, existen diferencias sustanciales entre los tiempos de trámite, criterios administrativos y modos de operar de cada órgano jurisdiccional, incluso dentro de una misma ciudad. Un abogado que es del lugar o lo conoce muy bien por ser litigante frecuente, suele estar familiarizado con estas particularidades, lo que le permite actuar con mayor eficacia y anticiparse a posibles obstáculos.
- En segundo término, los abogados locales suelen tener una relación más cercana con los operadores de justicia, como jueces, auxiliares jurisdiccionales y personal administrativo. Esta cercanía no implica favoritismo ni ilegalidad (lo que sería ilegal), sino un conocimiento mutuo que permite una comunicación más fluida, un mejor manejo de los tiempos judiciales y una mayor previsibilidad sobre el desarrollo del proceso. Lo que llamaríamos la «reputación» del abogado.
- Una tercera razón relevante es el ahorro en costos logísticos y de desplazamiento. Contratar a un abogado de otra jurisdicción, que además no tienen una oficina local o convenios con estudios jurídicos locales, implica asumir gastos adicionales por viajes, viáticos y tiempo de traslado. Además, aún si hacen esto último, se puede generar duplicidad de honorarios o pérdida de control directo sobre el expediente. Elegir a un abogado local evita estos problemas y optimiza los recursos del cliente.
- En cuarto lugar, el abogado de la jurisdicción suele tener un mayor conocimiento del entorno social, cultural y económico donde se desarrollará el litigio. En casos relacionados con derecho de familia, propiedad, conflictos comunitarios o temas laborales, este contexto puede ser decisivo para la estrategia procesal. Un abogado que comprende las dinámicas locales podrá plantear argumentos más persuasivos y ajustados a la realidad del caso.
- La quinta razón es la disponibilidad inmediata ante actuaciones urgentes. En procesos judiciales puede surgir la necesidad de presentar escritos de forma rápida, asistir a audiencias inesperadas o hacer seguimiento constante al expediente físico. Un abogado local está en condiciones de atender estas exigencias sin demora, a diferencia de un profesional que debe desplazarse desde otra ciudad o región, lo que podría afectar la defensa efectiva de los intereses del cliente.
En suma, la elección de un abogado con presencia en la jurisdicción del litigio no solo responde a criterios de cercanía geográfica, sino también a factores estratégicos, económicos y procesales. Este tipo de abogado garantiza un acompañamiento más eficiente, oportuno y contextualizado, lo que incide positivamente en el resultado del caso. Todos estos motivos hacen que en nuestro estudio Senisse Abogados hayamos apostado por tener presencia local en diferentes ciudades del país, con el fin de defender a nuestros clientes, allí donde estén.